
Este sábado continúan las intensas diligencias en los astilleros de Talcahuano, donde más de 75 funcionarios de la PDI —entre detectives y peritos especializados— realizan peritajes exhaustivos a la embarcación PAM Cobra.
El procedimiento, liderado por la Brigada de Homicidios y la Brigada Investigadora de Delitos contra el Medioambiente (Bidema), busca encontrar evidencias concluyentes que permitan esclarecer el rol del Cobra en el trágico naufragio de la lancha artesanal Bruma, ocurrido el pasado 30 de marzo, y que dejó a siete pescadores desaparecidos.

A más de un mes del accidente, aún persisten las esperanzas de hallar vestigios materiales o biológicos en la estructura del buque industrial que permitan confirmar la hipótesis de una colisión entre ambas naves. Las pericias incluyen revisión de daños estructurales, toma de muestras biológicas, análisis de pintura y rastros compatibles con una embarcación menor.

Fuentes cercanas a la investigación señalan que el trabajo podría extenderse por varios días, dada la complejidad del caso y el minucioso análisis que requiere cada parte del buque. Estas diligencias se desarrollan en un momento clave de la causa, luego de que uno de los tripulantes del Cobra habría confesado que sí hubo un impacto la madrugada del accidente, rompiendo así un presunto pacto de silencio entre la tripulación.

La Fiscalía mantiene bajo reserva los avances, pero se espera que los resultados de los peritajes sean determinantes para avanzar en la búsqueda de justicia para las familias de los pescadores desaparecidos.