El avance, desarrollado por la biotecnológica británica Alora, marca un hito en la creación de cultivos
más resistentes al calor y la sequía, clave frente al cambio climático.
La empresa biotecnológica Alora, con sede en el Reino Unido, reportó aumentos de
rendimiento de hasta 273% en variedades de arroz editadas genéticamente expuestas a
altas temperaturas, un resultado que podría marcar un antes y un después en la producción
agrícola frente al cambio climático.
A diferencia de los transgénicos, la edición genética modifica con precisión genes propios
de la planta, sin incorporar ADN externo. Esto la convierte en una herramienta segura,
trazable y eficaz para mejorar rasgos agronómicos clave como la tolerancia al calor, la
salinidad o la eficiencia hídrica.
En los ensayos realizados por Alora, dos de las líneas de arroz editadas superaron en 53%
y 43% los rendimientos del cultivo de control bajo condiciones normales, y en 273% y 103%
cuando las temperaturas superaron los 40 °C. En este tipo de estudios, un aumento del
10% ya se considera un resultado notable.
Actualmente, la empresa de Reino Unido lleva adelante su primer ensayo de campo a gran
escala, en colaboración con el Centro John Innes, donde se plantaron más de 17.000
plantas de arroz en la región de East Anglia, al este de Inglaterra. Los resultados finales se
esperan para fines de octubre y serán verificados por un tercero independiente antes de su
presentación a las autoridades regulatorias.
En Chile, la investigación en arroz también avanza hacia una producción más sostenible y
resiliente al clima. Una de las referentes en este ámbito es Karla Cordero Lara, ingeniera
agrónoma y doctora en Agronomía de la Universidad de California, Davis, quien lidera
desde 2006 el Programa Nacional de Mejoramiento Genético de Arroz del INIA. Su trabajo
ha impulsado variedades innovadoras más eficientes en el uso del agua y adaptadas a las
nuevas condiciones climáticas, consolidando a Chile como un país pionero en la
investigación arrocera en Latinoamérica.
En Chile, la investigación también avanza hacia un arroz más eficiente y adaptado al clima.
Karla Cordero Lara, ingeniera agrónoma del Instituto de Investigaciones Agropecuarias
(INIA) y líder del Programa Nacional de Mejoramiento Genético de Arroz, ha desarrollado
desde 2006 variedades más tolerantes a la sequía y con mejor aprovechamiento del agua,
posicionando al país como referente regional.
Cordero señala que esto es “una oportunidad concreta para acelerar el desarrollo de
variedades más adaptadas al cambio climático. Estas herramientas no reemplazan el
mejoramiento tradicional, sino que lo complementan, permitiendo optimizar características
clave como la eficiencia en el uso del agua o la tolerancia al calor”.
El arroz, base alimentaria de más de la mitad de la población mundial, es también uno de
los cultivos más vulnerables al calor. Según la FAO, por cada grado Celsius de aumento en la temperatura media, el rendimiento puede caer hasta un 10 %. En este escenario, desarrollos como los de Alora podrían ser decisivos para mantener la productividad agrícola en regiones vulnerables, incluida América Latina.
Para Miguel Ángel Sánchez, director ejecutivo de ChileBio, estos resultados son una señal
alentadora para la región. “La innovación científica es clave para enfrentar el cambio
climático. En un escenario de sequía y temperaturas extremas, avances como este
demuestran que la ciencia puede ofrecer soluciones concretas y sostenibles para asegurar
la producción y el abastecimiento alimentario”, subrayó.
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