
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó este sábado un ataque aéreo de gran escala contra tres instalaciones nucleares estratégicas en Irán, intensificando dramáticamente la tensión en Medio Oriente y marcando un giro radical en la política exterior estadounidense.

A través de su cuenta en Truth Social, Trump aseguró que la ofensiva fue un “éxito total” y que todos los bombarderos involucrados “han regresado sanos y salvos”. “Se lanzó una carga completa de BOMBAS sobre el sitio principal, Fordow. Todos los aviones regresan a salvo a casa. Felicitaciones a nuestros grandes Guerreros Americanos. No hay otro ejército en el mundo que pudiera haber hecho esto. ¡AHORA ES EL MOMENTO DE LA PAZ!”, escribió el mandatario, en un tono triunfalista.
Según informó The New York Times, el ataque fue llevado a cabo por bombarderos estratégicos B-2 Spirit, que despegaron desde la base de Whiteman en Misuri en dirección al Pacífico, con el objetivo de evadir rutas de detección directa. El blanco principal fue la instalación subterránea de Fordow, considerada uno de los centros más protegidos del programa nuclear iraní.

Los otros dos objetivos fueron Natanz, la principal planta de enriquecimiento de uranio del país, y un complejo cercano a la ciudad de Isfahán, donde se presume que Irán almacenaba uranio enriquecido a niveles cercanos al uso militar. La destrucción de estas instalaciones representaría un duro golpe para el programa nuclear iraní, y podría retrasarlo varios años, según expertos en defensa citados por medios estadounidenses.
La operación, que se mantenía en estricto secreto, fue autorizada tras intensas deliberaciones al interior del Consejo de Seguridad Nacional. Trump se trasladó este mismo sábado desde su residencia en Nueva Jersey a la Casa Blanca, donde participó en una reunión clave antes de autorizar el bombardeo.

Este ataque representa la primera ofensiva directa de EE.UU. contra instalaciones nucleares en Irán desde la Revolución Islámica de 1979, lo que abre un nuevo e incierto capítulo en la ya volátil relación entre ambas naciones. Tampoco se ha confirmado si hubo bajas o daños colaterales, ni cuál será la respuesta oficial del gobierno iraní.
Hasta el cierre de esta edición, ni el Pentágono ni autoridades iraníes habían emitido declaraciones oficiales sobre las consecuencias inmediatas del bombardeo, aunque se espera una respuesta en las próximas horas. Analistas internacionales advierten que este ataque podría escalar en un conflicto abierto en la región, especialmente considerando el contexto de creciente confrontación entre Irán e Israel.